Han pasado por aquí

sábado, 30 de julio de 2011

Capítulo 5. "De aquí para allá"

Capítulo 5
De aquí para allá

De momento sólo recordaba que era una pesadilla, un sueño que no me gustó. Aún tenía el corazón acelerado y estaba sudando. Levanté la persiana, ya era de día. Me senté en la cama e intenté recordar algo sobre ese sueño.
Parecía que rápidamente se me había olvidado todo. Tenía algo en mis manos, no recuerdo qué, mientras corría por un largo callejón oscuro. Al final de éste, cuando ya estaba a punto de salir y llegar a una especie de plaza, un coche me cortó el paso, el cual, me daba miedo, no se por qué, en mi sueño sabía que había algo malo en él. Se abrió una puerta, en su interior no vi nada, sólo negro. Entonces me desperté.
Pese a estar un poco aturdido por la pesadilla, decidí ir de nuevo a aquel edificio al que habían entrado aquellos hombres del mercedes.
Cuando me acerqué a la residencia y llegué hasta la puerta, vi que en el buzón no había ningún nombre escrito. Eso me recordó que el alcalde era primo de mi madre por lo que se me ocurrió ir al ayuntamiento a preguntarle quién vivía allí, estaba seguro de que no le molestaría y así conseguiría fácilmente la información. Fui al ayuntamiento, no me costó ni dos minutos llegar, pues estaba enfrente. Una vez llegué, le pedí permiso a la secretaria para ver al alcalde y ella, muy sonriente me dejó pasar.
-Ah, hola Guillermo, –me dijo- que agradable sorpresa.
-Hola tío, ¿qué tal estás?
-Bien, bien, gracias. Pero no creo que hayas venido sólo a preguntarme qué tal estoy.
-Bueno, además de eso, me gustaría saber quién vive en esa casa de enfrente.
-¿Y para qué quieres saber eso?
-Verás, es que ayer conocí a una chica y me dijo que vivía ahí. Pero nadie me responde y no sé si estaré equivocado –mentí a medias. Las mentiras mezcladas con verdad son las que mejor funcionan, como en este caso.
-Una chica eh, jeje –rió mientras miraba a su ordenador- pues has debido entender mal, porque ahí no vive nadie desde que murió la propietaria hace varios años.
-Bueno, gracias –dije despidiéndome algo desilusionado.
-Adiós majo.
            No me iba a quedar de brazos cruzados. Fui de nuevo hacia esa casa y toqué el timbre. Nadie respondió. Empujé la puerta, estaba cerrada. En ese momento alguien puso una mano sobre mi hombro. Me di la vuelta, era un hombre anciano.
-Si buscas a los que vivían ahí, no están –me dijo con fuerte pese a su edad.
-¿Y sabe a dónde han podido ir?
-Mi mujer les oyó que se iban a las afueras a una casa más grande, no se a dónde. Pero mejor, parecían mala gente… excepto la chiquilla, que era muy atenta, no se a quién habrá salido… a sí, y una señora que les solía visitar.
-¿Qué señora?
-Una señora con el pelo castaño y un poco rizado que vive ahí al lado.
-A pues muchas gracias señor.
            Decidí ir a hablar con esa mujer seguro que tenía muchas cosas de decirme.

sábado, 11 de junio de 2011

Capítulo 4. "Paula"

Capítulo 4
Paula

Era una mano suave y fina.
-Shhh, no nos han visto –dijo una voz detrás de mí.
Me giré y vi a una preciosa chica de mi edad. Tenía el pelo castaño, muy liso y largo y unos preciosos ojos color miel. No me dio tiempo a decirle nada, me agarró y me llevó entre las hierbas y arbustos a un pequeño lago, de aguas oscuras y rodeado de juncos. Nos sentamos entre unas rocas.
-Huf, menos mal que estaba yo, sino, puede que te hubieras metido en un buen lío –me dijo.
-Hem, gracias –le dije algo desconcertado.
-¿Por qué te perseguían?
-No lo sé, pero últimamente, me están pasando cosas raras.
-¿Cómo te llamas? –me preguntó sonriendo.
-Guillermo, ¿y tú?
-Paula.
-Paula, ¿tú conoces a esos que me perseguían?
-Sí, trabajan para mi padre –me dijo con total naturalidad.
-¡¿Cómo que trabajan para tu padre?! –grité.
-Shhh, que igual todavía no se han ido –susurró.
-¿Me puedes explicar algo?
-Pues eso, que trabajan para mi padre y como a mí no me acaban de dar buena espina y me aburro en este pueblo, les persigo.
-¿Y de dónde eres?
-De Madrid, he venido aquí, por negocios de mi padre, ahora tenía que reunirse con una mujer.
            En ese momento se me pasó una cosa por la cabeza que tenía que preguntar.
-¿Cómo es esa mujer?
-¿Por?
-Por nada, es que igual la conozco…
-Bueno, sólo la he visto una vez, pero era más o menos cómo tú de alta y tenía el pelo castaño y ondulado. ¿La conoces?
-No, no la conozco –mentí.
-Bueno, yo me tengo que ir, si quieres algún día quedamos y hablamos, es que no conozco a nadie aquí.
-Bien, vivo en la calle Aragón, número 1, es un chalet. Pásate cuando quieras.
-Gracias –me dijo sonriendo- espero que esos dos ya se hayan ido, pero ten cuidado. Nos vemos.
-Adiós, Paula.
            Le dije adiós con la mano mientras se iba. Yo me quedé allí un rato más, pensando. Ahora descubro, la única persona en la que confiaba y que quería ayudarme trabaja con un hombre que contrata a dos tipos para que me persigan. Estuve tirando piedras al lago hasta que oscureció. Volvía hacia mi casa cuando veo parado en un semáforo ese mercedes negro, sí, el mismo que perseguía antes. Había aún mucha gente por la calle y muchos coches por la carretera, por lo que me sentía protegido. Así que se me ocurrió seguir el coche. Cómo ellos a mí, ahora yo sería quién les perseguiría. Cómo había bastante tráfico, no me costó mucho seguirles. Pararon en un lugar bastante céntrico, aparcaron y, los dos hombres, entraron en un edificio antiguo tres plantas, con múltiples grabados y figuras en la fachada de que estaba en frente del ayuntamiento. Me sentí ilusionado, ya sabía dónde vivían, lo consideré una valiosa información. Volví a mi casa, cené y me fui a dormir.

A la mañana siguiente me desperté sobresaltado, había tenido una horrible pesadilla.



Por superfdz
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