Han pasado por aquí

sábado, 11 de junio de 2011

Capítulo 4. "Paula"

Capítulo 4
Paula

Era una mano suave y fina.
-Shhh, no nos han visto –dijo una voz detrás de mí.
Me giré y vi a una preciosa chica de mi edad. Tenía el pelo castaño, muy liso y largo y unos preciosos ojos color miel. No me dio tiempo a decirle nada, me agarró y me llevó entre las hierbas y arbustos a un pequeño lago, de aguas oscuras y rodeado de juncos. Nos sentamos entre unas rocas.
-Huf, menos mal que estaba yo, sino, puede que te hubieras metido en un buen lío –me dijo.
-Hem, gracias –le dije algo desconcertado.
-¿Por qué te perseguían?
-No lo sé, pero últimamente, me están pasando cosas raras.
-¿Cómo te llamas? –me preguntó sonriendo.
-Guillermo, ¿y tú?
-Paula.
-Paula, ¿tú conoces a esos que me perseguían?
-Sí, trabajan para mi padre –me dijo con total naturalidad.
-¡¿Cómo que trabajan para tu padre?! –grité.
-Shhh, que igual todavía no se han ido –susurró.
-¿Me puedes explicar algo?
-Pues eso, que trabajan para mi padre y como a mí no me acaban de dar buena espina y me aburro en este pueblo, les persigo.
-¿Y de dónde eres?
-De Madrid, he venido aquí, por negocios de mi padre, ahora tenía que reunirse con una mujer.
            En ese momento se me pasó una cosa por la cabeza que tenía que preguntar.
-¿Cómo es esa mujer?
-¿Por?
-Por nada, es que igual la conozco…
-Bueno, sólo la he visto una vez, pero era más o menos cómo tú de alta y tenía el pelo castaño y ondulado. ¿La conoces?
-No, no la conozco –mentí.
-Bueno, yo me tengo que ir, si quieres algún día quedamos y hablamos, es que no conozco a nadie aquí.
-Bien, vivo en la calle Aragón, número 1, es un chalet. Pásate cuando quieras.
-Gracias –me dijo sonriendo- espero que esos dos ya se hayan ido, pero ten cuidado. Nos vemos.
-Adiós, Paula.
            Le dije adiós con la mano mientras se iba. Yo me quedé allí un rato más, pensando. Ahora descubro, la única persona en la que confiaba y que quería ayudarme trabaja con un hombre que contrata a dos tipos para que me persigan. Estuve tirando piedras al lago hasta que oscureció. Volvía hacia mi casa cuando veo parado en un semáforo ese mercedes negro, sí, el mismo que perseguía antes. Había aún mucha gente por la calle y muchos coches por la carretera, por lo que me sentía protegido. Así que se me ocurrió seguir el coche. Cómo ellos a mí, ahora yo sería quién les perseguiría. Cómo había bastante tráfico, no me costó mucho seguirles. Pararon en un lugar bastante céntrico, aparcaron y, los dos hombres, entraron en un edificio antiguo tres plantas, con múltiples grabados y figuras en la fachada de que estaba en frente del ayuntamiento. Me sentí ilusionado, ya sabía dónde vivían, lo consideré una valiosa información. Volví a mi casa, cené y me fui a dormir.

A la mañana siguiente me desperté sobresaltado, había tenido una horrible pesadilla.



Por superfdz
® Reservados todos los derechos


Y si por algún casual mi historia no te parece interesante. Puedes jugar con mi hamster